Nutricionista de profesión, un día una de sus mascotas enfermó y tuvo la idea de crear un fular que le permitiera moverse con mayor facilidad. Fue así como subió una imagen a redes sociales y causó furor. Hoy, con el apoyo de Fundación Banigualdad, ha logrado expandir su negocio y tener su propio taller de confección.
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“Nunca pensé que iba a estar haciendo esto”, comenta Leslie Fritz, nutricionista de profesión proveniente de la ciudad de Quilpué, Región de Valparaíso. Y es que su amor por los animales se transformó en un próspero negocio que hoy lleva más de ocho años funcionando. Todo comenzó con la enfermedad de su querida mascota poodle llamada Clío, de 10 años. En un intento por alegrar su vida, su esposo le regaló una nueva compañera: una perrita salchicha a la cual bautizó como Nala. Este pequeño gesto desencadenó una serie de eventos que cambiarían su vida para siempre.
El nuevo miembro de la familia les abrió la puerta a un mundo lleno de posibilidades: un día participaron por diversión en un concurso de disfraces de perros salchichas, donde Leslie vistió a su pequeña con un disfraz hecho en casa utilizando una vieja máquina de coser de su madre. Fue tanto el éxito de su creación, que este primer intento la inspiró a comenzar a confeccionar pañoletas, cuellos, morrales, camas y frazadas para mascotas, los cuales vendía entre los mismos integrantes del club.
El verdadero impulso para su negocio llegó de la mano de un desafío personal: su antigua yorkshire llamada Mía fue diagnosticada con cáncer cerebral y perdió la movilidad de sus patas. En medio de intensas terapias y tratamientos, Leslie diseñó un fular para perros que le permitió moverse junto a su mascota con mayor facilidad. Las fotos de este ingenioso accesorio se volvieron virales en Facebook y muchas personas comenzaron a escribirle cómo podían comprarlo. Fue así como nació su emprendimiento.
Unos años después, Leslie participó en su primera feria importante, viajando desde Quilpué a Santiago. Con una mesa y un simple perchero, se aventuró en un mundo desconocido lleno de productos de lujo y con prestigio para mascotas. Sin embargo, su auténtico entusiasmo, sello personal y productos innovadores le aseguraron el éxito, vendiendo todo el primer día. ¡No lo podía creer!
El desafío de transformar su vida y la de su familia
Mientras cursaba sus estudios universitarios, Leslie equilibraba su tiempo entre la universidad y su tienda, pero hoy en día, su emprendimiento es en un 100% el principal recurso económico de su hogar. En la actualidad, Leslie vive con su esposo, su hijo de tres años y dos perritas salchichas en una casa donde el espíritu emprendedor es una parte integral de la vida diaria.
Su tienda es más que un negocio; es una fuente constante de inspiración, donde junto a Fundación Banigualdad ha logrado tener el apoyo necesario para hacer crecer su negocio. Con los microcréditos otorgados logró comprar insumos y maquinaria necesaria para poder elaborar más y mejores productos. Incluso ha continuado expandiendo su negocio, estableciendo su propio taller en casa. Todo lo que vende es de producción propia, confeccionando sus propias telas estampadas de 50 a 60 metros.
Pero el camino no ha estado exento de desafíos. Su esposo perdió su trabajo durante la pandemia, lo que llevó a Leslie a redoblar sus esfuerzos. Su tenacidad la llevó a apostar por una idea audaz: la confección de polerones personalizados para mascotas. La aceptación fue fantástica, con figuras públicas como Maite Rodríguez, Francini Amaral y Adriana Barrientos comunicándose con ella para poder adquirir sus productos.
Un negocio creado desde el amor y la perseverancia
Leslie se esfuerza por estar a la vanguardia, ampliando su clientela y participando en ferias que le permiten llegar a nuevos mercados. Aunque su negocio comenzó como un hobby, se ha transformado en un emprendimiento robusto que lleva el nombre de “Nala Boutique”, en honor a su perrita que desencadenó este talento oculto de la confección de vestuario.
Además de los microcréditos entregados por Fundación Banigualdad, también recibió capacitaciones y talleres que le permitieron aprender sobre marketing, contabilidad o redes sociales, entre otras temáticas fundamentales para poder hacer crecer un negocio. “Uno tiene que estar actualizándose siempre, por lo que estas lecciones nos sirven bastante para el día a día de nuestros emprendimientos”, explicó la emprendedora.
Hoy, Leslie se describe como resiliente, luchadora y llena de esperanza. Su historia es un testimonio del poder del esfuerzo, el ingenio y la dedicación a la hora de querer salir adelante. Y como esta emprendedora, hay muchas más mujeres de la Región de Valparaíso que buscan un impulso para salir adelante.
Fundación Banigualdad es una organización sin fines de lucro, que otorga microcréditos para el financiamiento y apoyo a emprendedores y emprendedoras sin acceso a la banca. De esta manera promovemos la inclusión financiera y la inclusión social, a través de la capacitación, basándonos en nuestros valores principales: solidaridad, responsabilidad y confianza.
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