“El Lagar de Don Rafa”: el restaurante de Renca donde la chicha y la comida chilena son tradición
Mauricio Bustamante (50) pasó de ser comerciante y chofer a levantar un local familiar que hoy es parada obligada en Fiestas Patrias. Con empanadas, menús caseros y la chicha más aclamada de la comuna, su negocio es todo un referente en la zona.
En Renca, hay un rincón donde las tradiciones siguen vivas. Se trata de El Lagar de Don Rafa, el restaurante de Mauricio Bustamante (50), que combina empanadas, chicha elaborada directamente desde Curicó y menús diarios de comida típica chilena que recuerdan a los almuerzos de antaño, hechos con mucho cariño y sazón.
La historia partió hace algunos años, cuando decidió arrendar un antiguo bar y productora de chicha. “Yo no quería que siguiera siendo un bar, porque era más de hombres. Mi sueño era transformarlo en un espacio familiar y tradicional”, explica. Y lo logró: hoy, entre ollas de cazuela, porotos con rienda y platos caseros, además de las máquinas antiguas de chicha, el lugar es un punto de encuentro para familias y vecinos.
Durante seis años, Mauricio fue comerciante en ferias y chofer de empresas. Su esposa trabajaba como costurera, pero cuando el restaurante comenzó a repuntar al año y medio, se sumó al proyecto. “Hoy trabajamos todos juntos, incluso mis hijos. A futuro me gustaría que el menor se quede con el negocio”, comenta.

El restaurante abre de martes a domingo, de 12 a 15 horas, y muchas veces solo con reserva. Además, en estas Fiestas Patrias estarán en la feria de Renca ofreciendo sus productos: empanadas, chicha y comida típica. No es raro que clientes y autoridades lleguen a celebrar ahí: Mauricio incluso ha quedado entre los siete mejores en el concurso de la mejor empanada realizado en la comuna.
“El lado bueno de emprender es la libertad, ser tu propio jefe. Lo malo es que nunca dejas de pensar en el negocio”, dice. Y en ese camino, Fundación Banigualdad ha sido clave: “La banca normal es difícil, pero acá apoyan de verdad al emprendedor. Las capacitaciones me han ayudado mucho para administrar mejor mi negocio”, afirma.
Mauricio se define como perseverante y empeñoso. Sabe que el tiempo de Dios, como él dice, fue el preciso y que está en el mejor momento de su vida. Mientras atiende con simpatía a los clientes que entran a comprar su chicha o a servirse un menú casero, su motivación es clara: “Que la tradición no se pierda y que la gente siempre se sienta como en casa”.

