Lleva ocho años sin abrazarlos, pero no se rinde: vende dulces, innova en ferias y encontró en el emprendimiento una forma de mantenerse firme, a pesar de la distancia.
Si alguien sabe lo que significa sacar adelante a una familia con el corazón lejos, ese es Leonardo Báez. Tiene 42 años, es venezolano y vive en Iquique junto a su esposa, con quien levantó un pequeño negocio que no para de crecer. Pero su motor, su motivo de lucha, está a miles de kilómetros: sus tres hijos, de 13, 18 y 19 años, que siguen en Venezuela al cuidado de sus abuelos.
“A veces mis hijos me ven la cara de ogro, pero es un escudo”, confiesa. Y es que han pasado ocho años sin poder abrazarlos. “Muchas veces hago una videollamada, la corto y me derrumbo, porque no los tengo aquí. Tener a tus hijos bien lejos de ti es durísimo. Pero seguimos con pie de lucha y bien claros con lo que estamos haciendo”.
Desde que llegó a Chile, justo antes de la pandemia, Leonardo no ha parado. A los dos meses ya vendía cables, audífonos, entre otros productos de electrónica en la feria itinerante de Iquique. Luego aprendió sobre redes sociales, lanzó su sitio mividatecnológica.cl y se metió de lleno en el mundo del comercio. Volvió a las ferias, fue invitado a showrooms y hasta se integró a Espacio Friki, donde comenzó a crear productos personalizados por sublimación. Siempre con una meta clara: sostener a su familia y, ojalá, reunirla algún día.
“Cuando salimos a la calle vamos con la mejor sonrisa y actitud, y eso es lo que nos ha ayudado para salir adelante”, dice. Hoy combina tecnología con dulces mexicanos y americanos, los cuáles son la última tendencia, participa en diversas ferias y no se cansa de buscar nuevas formas de sorprender. “Siempre vamos innovando, buscando e investigando productos que sean nuevos e innovadores, que llamen la atención. Queremos ser pioneros”.
Emprender ha sido su tabla de salvación, pero no ha estado exento de barreras. “Tú no vas a conseguir un crédito en un banco al ser extranjero”, lamenta. Por eso, cuando conoció a Fundación Banigualdad, su historia dio un giro. “Nos llega como anillo al dedo para nuestro emprendimiento. Si no los hubiese conocido, la verdad es que no sé qué haría. Te dan la oportunidad y todo es accesible”.
Lleva más de 10 ciclos participando con su grupo. Fue secretario, tesorero y hasta presidente. Pero más allá de los títulos, Leonardo representa a tantos papás que lo dan todo por su familia, incluso cuando la tienen lejos. Que se levantan, innovan, se caen y vuelven a empezar.
Este Día del Padre, su mayor regalo sería ver a sus hijos entrar por la puerta. Mientras tanto, sigue endulzando ferias, sonriendo con fuerza y haciendo lo imposible por estar presente, aunque sea desde la distancia.
Fundación Banigualdad entrega microcréditos, capacitaciones y acompañamiento a emprendedores en todo Chile, con especial foco en quienes más lo necesitan. Si tienes un pequeño negocio y buscas una oportunidad para crecer, ingresa a www.banigualdad.cl y completa el formulario. Puedes ser parte de una red que apoya, impulsa y cree en ti.