Emprender entre desastres naturales: la historia de Alfredo Sáez

Cuando los desastres naturales no interrumpen tus sueños: la historia del emprendimiento de Alfredo Sáez

El terremoto de 2010 fue el inicio de este gran proyecto de vida: construir su propia granja educativa. Con esfuerzo y perseverancia, tuvo que ver cómo los fatídicos incendios de Santa Juana y las últimas inundaciones por lluvias afectaban su emprendimiento. Pero con el apoyo de Fundación Banigualdad pudo salir adelante y hoy cuenta con un exitoso negocio.

En el corazón del Valle de Patagual, en la Región del Biobío, Alfredo Sáez ha logrado transformar la adversidad en oportunidades para sanar, educar y entretener a los más pequeños de su sector y comunas aledañas. Pero para llegar a lo que hoy disfruta y es su principal motivación, tuvo muchos desafíos que sortear. 

Todo comenzó en 2010, cuando el fatídico terremoto destruyó su antiguo hogar. Junto a su madre, decidieron buscar un lugar más seguro donde vivir y fue una tía la que les ofreció una parcela en el Valle del Patagual para comenzar a construir su nueva casa. Tomaron lo poco que les quedaba y embarcaron en este nuevo desafío.

¿Cómo volver a levantarse después de esto?

Entre inquietudes e incertidumbres, Alfredo recordó su amor por los animales y vio en ello una oportunidad para surgir. Con el dinero que tenía, compró una chancha que luego tuvo siete crías. Poco a poco, fue intercambiando animales por otros, hasta que formó su primera granja con patos, caballos, conejos y otras especies. 

Un día, conversando con una amiga que tenía una escuela para niños, decidió ofrecerles paseos a caballo con un enfoque netamente educativo y terapéutico. ¡Todos gozaban de aquella actividad! Para Alfredo, fue el inicio de un sueño basado en su principal pasión: los animales y el amor que ellos pueden entregar. Y el cual pudo transformarse en su profesión.

Emprender entre desastres naturales: la historia de Alfredo Sáez.
Sorteando los obstáculos de vida acompañado de Fundación Banigualdad

10 años después, con una granja mucho más grande, a Alfredo le venía un nuevo obstáculo: la pandemia por Covid-19 que afectó a millones de emprendedores a lo largo del país. Al tener que cerrar su granja para respetar las medidas de aislamiento, no tenía el dinero suficiente para alimentar a sus animales. Gracias al apoyo de sus vecinos y amigos, logró conseguir los fardos de trigo y otras especias para alimentar a su rancho. 

Un año después, cuando todo volvía a la normalidad, la tragedia de Santa Juana y sus devastadores incendios afectaron el funcionamiento de su granja. Junto a sus vecinos, lograron formar un cortafuegos permitiendo que las llamas no lograran alcanzar parte de su parcela, protegiendo a sus animales e infraestructura. Nuevamente, debía cerrar su granja educativa por un tiempo y buscar un apoyo concreto para salir nuevamente adelante. Fue así como llegó a Fundación Banigualdad.

Con el sueño de continuar con su granja educativa, y poder tener un impulso para hacer crecer su emprendimiento, se acercó a Banigualdad y logró obtener microcréditos, capacitaciones y acompañamiento para salir adelante. “Esta fundación me puso el hombro cuando más lo necesitaba y con el dinero pude alimentar nuevamente a mis animales”, expresó Alfredo.

Luego, con las inundaciones de estos últimos inviernos, los cuales han afectado a la Región del Biobío, su granja educativa se ha visto afectada por los cierres que ha debido realizar a raíz del clima. Pero en su “Arca de Noé”, como le llama, esto ya no es un problema porque sabe que a futuro todo estará bien si está acompañado.

Hoy, Alfredo cuenta con más de 50 animales, entre pollos, pavos, gansos, conejos, burros, vacas, ponys, entre otros. Además de obtener microcréditos, también ha podido formar parte de capacitaciones que le han ayudado aprender más sobre cómo manejar sus finanzas, llevar sus redes sociales o mejorar sus habilidades de liderazgo. 

“Fundación Banigualdad y todos quienes me han apoyado han sido muy buenos conmigo. En la actualidad he salido adelante y espero que el día de mañana pueda prestar mis servicios a más niños y niñas que lo necesiten. Porque los animales son seres de luz que entregan paz y tranquilidad”, comenta el emprendedor y dueño de la Granja Educativa Valle Patagual.

Historias como las de Alfredo son infinitas en nuestro país, y en Fundación Banigualdad buscamos apoyar a todos los emprendedores que buscan una oportunidad para cumplir con sus sueños.

Fundación Banigualdad es una organización sin fines de lucro, que otorga microcréditos para el financiamiento y apoyo a emprendedores y emprendedoras sin acceso a la banca. De esta manera promovemos la inclusión financiera y la inclusión social, a través de la capacitación, basándonos en nuestros valores principales: solidaridad, responsabilidad y confianza.

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