Marcela Higueras emprendedora de San Joaquín, es viuda y tiene tres hijos

En plena pandemia su taller de confecciones perdió su clientela y la hizo replantearse en su forma de ganarse la vida. “Tuve que reinventarme y comenzar con desayunos sorpresa a domicilio. Preparo todos los alimentos: el pan, las cositas dulces, el jugo. Afortunadamente me ha ido súper bien y reparto a distintas comunas de Santiago, y en cuarentena me muevo solo por San Joaquín y sectores cercanos. Como las personas no pueden salir buscan un regalo personalizado”, explica.

“Siempre estoy buscando ideas para salir adelante, sé que no me puedo quedar parada y mis hijos entienden perfectamente que este trabajo es nuestro sustento. Me ayudan y me dan ideas. Gracias a la Fundación he podido emprender, llevo muchísimos años participando y nos dio todo el apoyo para ir pagando con cierta holgura en los meses más difíciles de la pandemia. No cualquiera te presta plata sin conocerte. Además, nuestro asesor nos llamaba todo el tiempo para ver cómo estábamos y como grupo nos organizamos para ayudar a los que nos necesitaban”.

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