«Trabajé 45 años como panadero y estaba muy cansado, asi que decidí emprender en lo que siempre he sabido hacer. En vez de trabajar de noche, ahora trabajo en las mañanas, así puedo trabajar contento y disfrutar con mi familia. Participo en la Fundación desde hace años, incluso cuando trabajaba hacía masa de sopaipillas y empanadas que vendía en mi casa. Después de largos años de trabajo logré ser independiente y comprar máquinas con el apoyo de la Fundación. Uno de los pasos más importantes que he dado fue la compra de mi furgón eléctrico que pagué en efectivo gracias al microcrédito de Banigualdad. Fui y lo compré de inmediato, nada de cuotas o intereses. Con él voy a distintas comunas, acarreo harina, ¡me ha servido muchísimo!. No lo hubiera podido comprar con mi jubilación así que gracias a la Fundación pude surgir y aspirar a más».